lunes, 27 de enero de 2020

Por qué la gente deja Facebook (y qué nos dice esto sobre el futuro de las redes sociales)
por Mark Whitehead


Aunque son una minoria los que dejan Facebook, es interesante entender las razones que los alejan de esta red social.

El número de usuarios activos de Facebook alcanzó un máximo histórico de 2.450 mil millones. Para poner esto en contexto, aproximadamente el 32% de la población mundial usa ahora esta red social y la tendencia a participar en esta plataforma sigue en aumento.

Con excepción de Google, nunca ha habido una compañía que haya tenido tanta gente usando sus servicios.

En este contexto, puede parecer extraño hablar de aquellos que eligen abandonar Facebook.

Pero aquellos que abandonan la plataforma representan una contracorriente pequeña, pero de ninguna manera insignificante.

Y muchas personas, tal vez tratando de encontrar tiempo en medio de sus vidas ajetreadas, eligen abandonar las redes sociales como un propósito de año nuevo.

En 2018, una encuesta en Estados Unidos reveló que el 9% de los encuestados había eliminado recientemente su cuenta de Facebook, mientras que otro 35% informó que usaba menos la plataforma.

A pesar de su éxito económico y su popularidad, parece que está sucediendo algo en el corazón de Facebook.

Sobre la base de mi trabajo anterior acerca de la influencia del comportamiento, he estado tratando de obtener más información sobre estos "eliminadores de Facebook", para entender mejor sus motivaciones y las implicancias de elegir abandonar la red social más poderosa del mundo.

La motivación

En conversaciones que tuve con aquellos que se fueron de Facebook, se hizo evidente que los motivos por los que abandonaron la plataforma son variados y complejos.

Supuse que eventos como las filtraciones de Snowden, el escándalo de Cambridge Analytica y las revelaciones sobre la reunión secreta de Mark Zuckerberg con el presidente de EE.UU., Donald Trump, fueron las motivaciones clave para eliminar las cuentas de Facebook.


Cuanto más grande son las redes, menos efectivas son.

Pero las personas que dejan la plataforma con las que he hablado rara vez plantean escándalos políticos o preocupaciones sobre la privacidad de sus datos como sus principales motivaciones para abandonar la red.

De hecho, cuando nuestra conversación gira en torno al escándalo de Cambridge Analytica, muchos sugieren que esto solo confirmó lo que siempre habían asumido acerca de cómo se explotaban sus datos personales (al menos una persona nunca había oído hablar de Cambridge Analytica).

Muchos de los que eliminan Facebook hablan de razones ampliamente reconocidas para abandonar la plataforma: preocupaciones por cómo se amplifican sus opiniones, evitar la pérdida de tiempo y la dilación, y los efectos psicológicos negativos de la perpetua comparación social.

Pero otras explicaciones parecen relacionarse más con la manera en la que se está transformando Facebook y con cómo esta tecnología en evolución se mezcla con las experiencias personales.

Si bien a muchas personas les resulta difícil articular precisamente por qué se unieron a Facebook, está claro que, para muchos, la plataforma ha comenzado a desempeñar un papel muy diferente en sus vidas.

La noción de "compartir en exceso" se discute como un aspecto de Facebook, dado que muchos usuarios encuentran su muro repleto de información que consideran demasiado personal e irrelevante.
Inocencia digital

Aquellos que se unieron a Facebook a una edad temprana tienden a pensar que sus redes sociales son demasiado grandes.

El tamaño de una red social parece ser un factor significativo en cuán útil y confiable la gente la encuentra.


Quienes se sumaron a la red de más jóvenes, pueden haber publicado material sobre sí mismos que hoy no publicarían.

Sabemos que los grupos sociales de más de 150 integrantes tienden a ser demasiado grandes (esto es lo que se conoce como el número de Dunbar, llamado así por el antropólogo Robin Dunbar).

Pareciera ser que, en el contexto de Facebook, aquellos con redes que consisten en varios miles de personas encuentran cada vez más difícil confiar en ella (incluso si aplican configuraciones de privacidad rigurosas).

Otro problema para los inocentes digitales es el tiempo que han estado archivando sus vidas en Facebook.

Sus archivos de Facebook a menudo se remontan a una época en que eran menos selectivos sobre lo que publicaban sobre sí mismos. Este descuido en el material compartido es visto ahora como una amenaza para la imagen social que desean proyectar en la edad adulta.

Un tema recurrente es el compromiso social de estar en Facebook. Si bien Facebook le permite a la gente mantenerse conectada con sus amigos, familiares y comunidades, también se cree que genera una nueva forma de trabajo doméstico digital.

Una de las razones del éxito de las redes sociales es, por supuesto, su capacidad de aprovechar nuestro instinto social para compartir e intercambiar conocimientos.

Pero a medida que los círculos sociales crecen dentro Facebook, parece que los costos de la obligación mutua (les gustó mi publicación, así que mejor yo le pongo un me gustó a la suya) comienzan a superar los beneficios de estar conectados.

Aquí es donde las formas digitales de obligación mutua son diferentes a las reales: en el mundo real nos damos la mano y nos decimos cosas buenas en el momento del encuentro.

Pero en el mundo digital, las obligaciones sociales pueden acumularse rápidamente a niveles insostenibles.
Implicaciones

Aunque Facebook aún puede seguir creciendo, aquellos que abandonan la plataforma revelan tendencias interesantes que sugieren cómo se desarrollarán las futuras relaciones con la tecnología inteligente y las redes sociales.

Estamos en una era de oportunidades sin precedentes para la conexión y la participación social.

Quienes abandonan Facebook se encuentran en un extremo de un espectro en el que todos habitamos mientras intentamos resolver cuestiones de identidad digital, responsabilidad y costumbres colectivas.

Dejar las redes sociales es una de las varias opciones que podemos elegir al intentar navegar en este nuevo mundo.


Para algunos, participar en la red social se vuelve una tarea más que se suma a muchas otras.

Pero la eliminación de Facebook no es solo un proceso en el que participan personas que redefinen su identidad digital. La eliminación también es una respuesta a un conjunto de tensiones emergentes entre una tecnología en evolución y la vida social.

A medida que cambia el modelo económico de Facebook (tanto en escala, como en intensidad y en sus ganancias) es probable que encuentre barreras claras a su utilidad social y conveniencia.

Aquí es, por supuesto, donde empezamos a ver un choque de valores dentro del mismo Facebook, a medida que busca conciliar su deseo declarado de conectar el mundo, con su modo de operación altamente monetizado.

El reducido número de personas que eliminan Facebook no va a cambiar su modelo económico en el corto plazo.

Pero, en el futuro, puede que la compañía vea cuáles son los límites de la participación en las plataformas de redes sociales.

Mark Whitehead es profesor de geografía humana de la Universidad de Aberytwyth, en Reino Unido.



sábado, 25 de enero de 2020

Las razones de la ONU para pedir que se investigue el hackeo a Bezos
Tras leer el informe encargado por el CEO de Amazon, los relatores de Naciones Unidas urgen que se tomen medidas y afirman que el ataque sería un movimiento de la familia real saudí para intentar controlar la información contraria a su régimen en 'The Washington Post', del que Bezos también es dueño
por Patrick Howell O'neill | traducido por Ana Milutinovic


Getty


Los expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas dicen que Estados Unidos debería investigar los informes de que el teléfono de Jeff Bezos fue pirateado poco después de recibir un video de la cuenta de WhatsApp perteneciente al Príncipe Heredero Mohammed bin Salman de Arabia Saudita.

Bezos, quien es el fundador y director ejecutivo de Amazon, también es dueño del Washington Post. El columnista del periódico Jamal Khashoggi, un crítico frecuente del régimen saudí, fue asesinado en 2018 por agentes sauditas. En el momento en que se produjo el presunto hack en 2019, se decía que el Príncipe Mohammed estaba investigando ese asesinato.

Refiriéndose al análisis forense que afirmaba "confianza media a alta" de que Bezos fue pirateado como resultado del mensaje de WhatsApp de bin Salman, los expertos de la ONU señalaron un largo historial de vigilancia dirigida por la familia real saudita y Bin Salman en particular. La noticia fue reportada por primera vez por The Guardian.

"La información que hemos recibido sugiere la posible participación del príncipe heredero en la vigilancia del Sr. Bezos, en un esfuerzo por influir, si no en silencio, en los informes del Washington Post sobre Arabia Saudita", dijo Agnes Callamard, relatora especial de la ONU sobre ejecuciones sumarias. y ejecuciones extrajudiciales, y David Kaye, relator especial de la ONU sobre libertad de expresión.

"La presunta piratería del teléfono del Sr. Bezos, y de otros, exige una investigación inmediata por parte de los Estados Unidos y otras autoridades relevantes, incluida la investigación de la participación continua, multianual, directa y personal del Príncipe Heredero en los esfuerzos para atacar a los opositores percibidos, "Callamard y Kaye dijeron en un comunicado publicado el miércoles por la mañana.

El 4 de abril de 2018, Bezos asistió a una cena con el príncipe heredero donde los dos intercambiaron números, según el cronograma de eventos establecido por los expertos de la ONU. El 1 de mayo, la cuenta de WhatsApp del príncipe le envió a Bezos un archivo de video.

"Más tarde se estableció, con certeza razonable, que el descargador del video infecta el teléfono del Sr. Bezos con código malicioso", dijeron los expertos de la ONU. Un mes después de ese evento, muchos otros disidentes sauditas, trabajadores de derechos humanos y personas relacionadas con Khashoggi fueron hackeados sus teléfonos. La ONU vinculó varios de estos ataques con NSO Group, un destacado desarrollador de software espía israelí.

Un portavoz del Grupo NSO dijo "inequívocamente" que "nuestra tecnología no se utilizó en este caso", y agregó: "Sabemos esto debido a cómo funciona nuestro software, y nuestra tecnología no se puede utilizar en los números de teléfono de los Estados Unidos".

El 2 de octubre de 2018, Khashoggi fue asesinado en la embajada saudí en Estambul después de escribir columnas en el Washington Post que criticaban a la familia real saudí. Lo que siguió fue una campaña en línea pública y considerable en Twitter saudita que pedía un boicot a Amazon. En privado, dicen los expertos de la ONU, la cuenta de WhatsApp del príncipe heredero envió una foto a Bezos que se parecía a la mujer con la que el fundador de Amazon estaba teniendo una aventura. Esto fue meses antes de que el público supiera sobre el asunto de Bezos.

"Durante el mismo período, el Sr. Bezos fue ampliamente blanco en las redes sociales sauditas como un supuesto adversario del Reino", dijo la declaración de la ONU. "Esto fue parte de una campaña masiva y clandestina en línea contra Bezos y Amazon, aparentemente dirigida a él principalmente como el dueño de The Washington Post".

Dos meses después, el National Enquirer informó que Bezos estaba teniendo una aventura. Bezos respondió afirmando que investigaría cómo el Enquirer obtuvo sus mensajes de texto personales que publicaron como parte del informe.

"Ciertas personas poderosas que experimentan la cobertura de noticias del Washington Post concluirán erróneamente que soy su enemigo", escribió Bezos.

La naturaleza exacta del archivo de video enviado por el príncipe heredero a Bezos sigue sin estar clara, pero inmediatamente después, se informó, "comenzó la exfiltración masiva y sin precedentes de datos desde el teléfono". Sin embargo, el análisis forense encontró sin código malicioso

Algunos de los detalles más cruciales del presunto hack siguen siendo terriblemente confusos, incluido el malware específico utilizado. El informe, realizado por FTI Consulting a pedido de Bezos, carece de evidencia concluyente; ni dice con certeza qué tipo de spyware se utilizó. Sin embargo, la investigación fue manejada por Anthony Ferrante, quien anteriormente era jefe de personal de la División Cibernética del FBI y miembro del Consejo de Seguridad Nacional.

El análisis dijo que la "explicación más probable" era el uso de malware por parte de NSO Group o la empresa italiana de software espía Hacking Team, ahora conocido como Memento Labs.

Los informes de noticias israelíes dijeron que el gobierno saudí había adquirido previamente el malware de NSO Group, conocido como Pegasus, por $ 55 millones.

Negando la participación, un portavoz del Grupo NSO dijo: "Cualquier sugerencia de que NSO esté involucrada es difamatoria, y la compañía buscará asesoría legal para abordar esto".

La embajada de Arabia Saudita negó públicamente los informes en Twitter, calificando las acusaciones como "absurdas" y haciéndose eco del llamado a una investigación. El año pasado, el consultor de seguridad de Bezos acusó públicamente al gobierno saudí de hackear el teléfono del multimillonario.

Después de recibir el informe forense de FTI Consulting el año pasado, Bezos acudió a los expertos de la ONU. El resultado es este llamado público a una investigación.

"Las acusaciones también se ven reforzadas por otra evidencia de ataques sauditas contra disidentes y opositores percibidos", dijeron los expertos de la ONU en un comunicado. Señalaron los recientes cargos penales en los Estados Unidos contra un ciudadano saudí acusado de espiar las cuentas de Twitter de críticos del gobierno saudí.



miércoles, 8 de enero de 2020

Brasil: Bolsonaro calificó a los periodistas como una "especie en extinción"




En un nuevo ataque directo a la prensa, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tildó a los periodistas de "especie en extinción" y afirmó que leer diarios "envenena". "Ustedes son una especie en extinción. Creo que voy a poner a los periodistas de Brasil bajo cuidados del IBAMA (Instituto Brasileño de Medio Ambiente)", ironizó el mandatario de ultraderecha en su tradicional encuentro con los medios en la entrada de la residencia oficial.

"Quien no lee el periódico no está informado y quien lee está desinformado. Tienen que cambiar eso", insistió. "Leer el periódico envenena. Ya viene envenenado", agregó. El presidente arremetió en particular contra un reportaje del portal de noticias UOL que sostenía que Bolsonaro utilizó fondos públicos para su última reelección como diputado en 2014. En aquella ocasión, el presidente calificó el informe de "imbecilidad".

En octubre de 2019, Bolsonaro anunció que había cancelado la suscripción del Folha de São Paulo, el segundo mayor diario de Brasil. La medida fue anunciada pocos días después de que el presidente estadounidense Donald Trump cancelara la suscripción de los diarios The New York Times y The Washington Post, calificándolos de medios falsos. 

En uno de los últimos encuentros con los medios en la residencia oficial en diciembre, Bolsonaro le dijo a un periodista que tenía "una cara de homosexual terrible", cuando éste le pedía un comentario sobre la investigación a su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, sospechoso de corrupción. El presidente se tomó un día para admitir que había cometido un error, y pidió disculpas.



Fuente:  pagina12.com.ar

martes, 7 de enero de 2020

Por qué las 'Big Tech' seguirán amenazando la democracia en 2020
Tras las elecciones de 2016 en EE. UU., quedó claro que Facebook, Google y Twitter se habían convertido en vehículos de manipulación informativa. Desde entonces, sus medidas para luchar contra el problema han sido dispares e insuficientes.
por Angela Chen | traducido por Ana Milutinovic


AP / Jose Luis Magana


La inesperada victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EE. UU. en noviembre de 2016 se convirtió en un punto de inflexión no solo en la política, sino también en el mundo de la tecnología. La narrativa sobre su papel en la sociedad empezó a cambiar rápidamente, y los gigantes tecnológicos (las Big Tech) fueron acusadas de erosionar la democracia. Ahora, Estados Unidos se acerca a otras elecciones presidenciales, pero tres años después de las anteriores, es difícil ver los avances.

Es cierto que los problemas en sí mismos ahora están más claros. Ya sabemos que la Agencia de Investigación de Internet de Rusia utilizó un ejército de troles para tratar de influir en las elecciones de EE. UU. (un comité de inteligencia del Senado de EE. UU. concluyó lo mismo). Facebook y Twitter están tomando medidas enérgicas contra las cuentas de propaganda. Y Facebook ha anunciado planes concretos para combatir la desinformación electoral

Pero aún queda mucho por resolver. Sabemos que Rusia usó esos bots, pero no sabemos hasta qué punto su actividad influyó en la decisión final de los votantes (de hecho, algunos estudios sugieren que, a pesar de todos los temores de noticias falsas, la persuasión mediante la tecnología podría no ser tan efectiva). La desinformación parece estar aumentando en todo el mundo. El proveedor de seguridad CloudFlare dejó de proporcionar sus servicios a 8chan, un famoso foro online para extremistas violentos, tras su vinculación con tiroteos, pero ahora el sitio ha vuelto como 8kun

Nadie esperaba que estas grandes y espinosas cuestiones de libertad de expresión y gobernanza se resolvieran rápidamente. Pero a pesar de todo lo que ha sucedido desde 2016, nadie empezó a tomar medidas reales hasta el año pasado, y muchas de ellas parecen haberse lanzado sin demasiada meditación previa.

Donde más se nota es en la actual lucha por la publicidad política. Las plataformas tecnológicas pueden parecerse entre sí en cuanto a la lentitud con la que han reaccionado, pero su forma de abordar este problema es totalmente diferente. Facebook se niega a emitir juicios sobre la publicidad política, lo que significa que su equipo de verificación no revisará nada de lo que un candidato diga en un anuncio pagado. Por eso la campaña de Trump podría publicar un anuncio en el que mienta sobre la conexión de Joe Biden con Ucrania y Elizabeth Warren podría ir a por Mark Zuckerberg comprando anuncios intencionalmente falsos.

Facebook ha recibido muchas críticas por esta postura. Pero, mientras afirma que defiende los ideales de la libre expresión, Zuckerberg sigue describiendo su punto de vista como una opción entre aceptar mentiras en forma de publicidad política y, como dijo en un discurso en Georgetown (EE. UU.), vivir en un mundo donde "solo se puede publicar lo que las empresas tecnológicas decidan que es 100 % cierto".

Pero esto no es cierto, como demuestra Google, que ha prohibido la microsegmentación y los "falsos reclamos" en la publicidad política. Mientras tanto, Twitter, con un claro punto contrario al de Facebook, ha prohibido por completo la publicidad política, incluidos los anuncios temáticos.

Sin embargo, esos enfoques tampoco parecen ser la respuesta. La pregunta de qué se califica como un "anuncio temático" es una pendiente resbaladiza, y una prohibición total de la publicidad política probablemente perjudicará a los candidatos de las campañas más pequeñas. Es posible que estas compañías ni siquiera tengan la infraestructura para cumplir sus propias promesas: cuando el estado de Washington (EE. UU.) prohibió cualquier tipo de publicidad política, se creó un desastre. Facebook ha intentado corregirlo prometiendo transparencia en sus anuncios, pero la base de datos con la que pretendía lograrlo colapsó antes de las elecciones en Reino Unido.




Faltan dos meses para las primeras primarias de 2020 en EE. UU., y todavía no sabemos qué están haciendo estas empresas al respecto. Parece que no están preparadas. Como resultado, todos se dieron cuenta de la verdad del dicho "Si quieres que algo se haga bien, tienes que hacerlo tú mismo". Así nace el esfuerzo de Elizabeth Warren para dividir las compañías dominantes. 

Los problemas laborales en las empresas tecnológicas también se han convertido en un tema importante. Hartos de las malas condiciones de trabajo, los moderadores de Facebook hablaron sobre sus problemas de salud mental y demandaron a la red social por trauma. Los proveedores de Google en Pittsburgh (EE. UU.) se han sindicalizado. Las supuestas actividades antisindicales de Google han acabado en una demanda e investigación federal. Los conductores de Uber y Lyft se organizaron para ayudar a aprobar una ley de California (EE. UU.) que los calificaría como empleados. Los trabajadores de Instacart se declararon en huelga en noviembre

Las elecciones estadounidenses de 2016 dejaron claro lo grandes que son estos problemas, y las inminentes elecciones de 2020 en EE. UU. destacan lo poco que se está haciendo para solucionarlos. El resultado es que las personas "empiezan a cuestionar la narrativa de la inevitabilidad técnica y cuestionan la idea de que el progreso técnico que ayuda a las grandes empresas tecnológicas también debe ser un progreso social", según la experta del Instituto AI Now de la Universidad de Nueva York (EE. UU.) Meredith Whittaker. Una de las conclusiones del informe anual de este Instituto (publicado a principios de diciembre) destaca que los responsables de la intensificación de la supervisión de la tecnología son los grupos comunitarios, los trabajadores y los investigadores, y no las políticas de ética corporativa ni nada de lo que implementan las empresas.

La gente es cada vez más consciente de que las empresas no van a cambiar por sí solas, y que se necesitará una campaña presidencial o un gran movimiento de trabajadores para que algo ocurra en ese sentido. O como subrayó la organizadora del grupo activista Gig Workers Rising que ayudó a aprobar la mencionada ley de California, Shona Clarkson: "Estas compañías tienen miedo, y eso solo nos muestra que cuando los conductores se unen para defenderse, tienen poder e influencia". Así que, en 2020, la gran pregunta para las empresas tecnológicas sería: ¿Cambiarán por su cuenta o esperarán a que todos los demás las obliguen a cambiar?