lunes, 29 de enero de 2018

"Los días de Facebook y Google están contados": las duras críticas del multimillonario George Soros contra los gigantes tecnológicos


Soros es uno de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes.


Los días de Facebook y Google están contados.

Al menos eso cree el multimillonario de origen húngaro George Soros, quien previó la caída de la libra en 1992 y se ganó el sobrenombre del "hombre que provocó la quiebra del Banco de Inglaterra".

Durante una cena con periodistas en el Foro Económico Mundial que tiene lugar en Davos, Suiza, el magnate arremetió contra el poder de las empresas tecnológicas de Estados Unidos a las que acusó de poner "obstáculos a la innovación" y de ser una "amenaza para la democracia".

"A medida que Facebook y Google se han convertido en monopolios cada vez más poderosos, se han convertido en obstáculos para la innovación y han causado una variedad de problemas de los cuales recién ahora estamos empezando a darnos cuenta", aseguró Soros.

"Particularmente nefasto"

El inversionista, nacionalizado estadounidense, consideró que esto era "particularmente nefasto", dado que las redes sociales y las grandes compañías de internet influyen en cómo las personas piensan y se comportan, sin que los usuarios siquiera se den cuenta.


Soros considera que Facebook y Google son obstáculos para la innovación.


"Esto tiene consecuencias adversas de largo alcance en el funcionamiento de la democracia, particularmente en la integridad de las elecciones", aseveró, según una transcripción de su discurso.

Soros opinó que estas compañías pueden resultar "nocivas", puesto que "engañan a sus usuarios al manipular su atención y dirigirla hacia sus propios fines comerciales", lo que crea "una adicción deliberada" a los servicios que brindan.

Alertó, además, de lo que calificó como una "perspectiva aún más alarmante": la posibilidad de que estas compañías, que albergan datos personales de millones de personas, ofrezcan esta información a servicios de vigilancia patrocinados por el Estado.

"Esto puede resultar en una red de control totalitario como ni Aldous Huxley o George Orwell (dos escritores que reflejaron en sus novelas los efectos de una sociedad totalitaria futurista) podrían haber imaginado", añadió.

Sin embargo, predijo también que los días de estas compañías estaban contados como resultado de políticas tributarias y regulaciones.

"Davos es un buen lugar para anunciar que sus días están contados", afirmó.

Ninguna de las dos empresas tecnológicas respondieron de forma inmediata una solicitud de comentarios al respecto realizada por la BBC.

Trump en la mira

Al comenzar su discurso, el inversionista, sobreviviente del Holocausto, confesó que tenía una visión pesimista sobre el actual momento histórico, que considera "bastante doloroso".

"Las sociedades abiertas están en crisis y están en aumento varias formas de dictaduras y estados mafiosos, ejemplificados por la Rusia de Putin", opinó.


Soros calificó al gobierno de Donald Trump como un "peligro para el mundo".


El actual inquilino de la Casa Blanca tampoco escapó de las críticas de Soros.

Dijo que el gobierno de Donald Trump es un "peligro para el mundo" y agregó que creía que el presidente, al que calificó de "aspirante a dictador", podría no durar hasta el final de su mandato.

Soros, gran partidario del liberalismo económico, se hizo conocido en el mundo de la política al apoyar movimientos anticomunistas en las antiguas repúblicas soviéticas.

Es presidente del Soros Fund Management y fundador de Quantum Fund, y es considerado uno de los hombres más ricos del mundo, según estimaciones de la revista Forbes.



Fuente: BBC Mundo

miércoles, 24 de enero de 2018

Facebook dijo que las redes sociales pueden dañar la democracia
Los ejecutivos de la red social salieron a reconocer que minimizaron la influencia de las noticias falsas que sembraron los rusos durante las últimas elecciones presidenciales





Facebook admitió que las redes sociales pueden ser nocivas para la democracia.

Así lo reconoció la red social más grande del mundo, con 2,000 millones de usuarios, en una serie de post publicados por ejecutivos de la firma en una entrada llamada "Preguntas difíciles".

El post llega a modo de un mea culpa frente a las reiteradas críticas por el papel de Facebook y el fenómeno de las noticias falsas en las pasadas elecciones en Estados Unidos de 2016.

"Facebook se creó para conectar con amigos y familiares. Y lo ha hecho muy bien. Pero una cantidad sin precedentes de gente también lo ha usado para poner sus energías políticas en ello. Ha tenido una repercusión social que nunca imaginamos", escribió Samidh Chakrabarti, la responsable de producto de colaboración cívica de Facebook.

"En 2016, en Facebook, tardamos mucho en percatarnos de que algunos actores nocivos estaban abusando de la plataforma. Ahora estamos trabajando a fondo para neutralizar estos riesgos. Hice mal al minimizarlo. Lo admito. Es un tema muy importante como para hacerlo de menos", agregó.

En la misma línea, la jefa de políticas globales Katie Harbath adelantó que "ahora estamos más dispuestos que nunca a combatir las influencias negativas y asegurar que nuestra plataforma es una fuente de bienestar democrático".

"Tendríamos que haberlo hecho mejor"

Sin embargo, Chakrabarti adelantó que a pesar de que la red social está contratando más de 10.000 personas este año para trabajar en seguridad y protección, "es probable que esto siga siendo un desafío", y admitió directamente la injerencia de Rusia en las últimas elecciones.

"Aunque en su momento no lo sabíamos, hemos descubierto que estos actores rusos crearon más de 80.000 posts que llegaron a más de 126 millones de personas de Estados Unidos en los dos últimos años. Este tipo de actividad está en contra de lo que promovemos. Nos aborrece que un país use nuestra plataforma para hacer ciberguerra y dividir a la sociedad. Nos costó detectar este tipo de amenaza y tendríamos que haberlo hecho mejor", admitió.

El descargo de Facebook llega en un contexto de cambio, ya que su CEO Mark Zuckerberganunció que su nuevo desafío para el 2018 es "arreglar" Facebook. ¿Cómo? Dándole más prioridad a los contenidos publicados por los amigos y familiares frente a las publicaciones de las empresas, los comercios y los medios de comunicación.



Fuente: canal-ar.com.ar

sábado, 20 de enero de 2018

Cómo las redes sociales nos idiotizan
Por Jesse Singal


Steven Pinker, profesor de la Universidad de Harvard. Credito: Victor J. Blue/Bloomberg, vía Getty Images


Recientemente se divulgó un video de Steven Pinker, un profesor de la Universidad de Harvard, en el que al parecer alababa a miembros de un movimiento racista. El video, que fue grabado en noviembre durante un evento en Harvard organizado por la revista Spiked, mostraba a Pinker mientras se refería a “la gente a menudo muy educada, muy inteligente que tiene tendencias de extrema derecha” y destaca que son “conocedores del internet y los medios”.

La grabación se hizo viral. La derecha lo celebró y la izquierda se enfureció. El sitio web neonazi Daily Stormer redactó un artículo con un titular que, en parte, decía: “Profesor judío de Harvard admite que la extrema derecha y la derecha tienen la razón en todo”.

Un tuit del video publicado por Alex Witoslawski, una persona que se describe como un “provocador de la chusma y simpatizante de la extrema derecha”, obtuvo cientos de retuits incluyendo uno de Richard Spencer, un líder nacionalista blanco.

“Steven Pinker desde hace tiempo ha sido un favorito de la extrema derecha supremacista y blanca”, señaló el periodista Ben Norton, quien simpatiza con la izquierda. “Y él les corresponde”, añadió. Otros reaccionaron al rumor con simple exasperación: “Dios santísimo”, dijo el comentarista liberal y biólogo PZ Myers, quien también escribió un texto en el que denunció a Pinker por esta supuesta alianza.

La idea de que Pinker —un profesor de psicología que es judío y liberal— sea fanático de un movimiento antisemítico y racista en internet es totalmente absurda, así que se podría rechazar esta historia como una exageración al igual que cualquier otro ejemplo de lo que las redes sociales hacen mejor: generar indignación.

Sin embargo, es un episodio que vale la pena desentrañar porque enfatiza una tendencia perturbadora que empeora cada vez más en las redes sociales y mediante la cual esas lealtades tribales están remplazando los tradicionales conocimientos empíricos.

Quizá “subtribal” es el término más preciso y adecuado en este caso. Una cosa es decir que la izquierda y la derecha no están de acuerdo sobre hechos simples de la historia del mundo: ese tipo de fragmentación informativa ha estado ocurriendo durante un tiempo y precede a Twitter. Lo que las redes sociales hacen es acercar la lupa cada vez más, por lo que es más difícil que la gente que está de acuerdo en cuanto a su ideología general no lo esté sobre hechos básicos de los sucesos noticiosos.

Eso se debe a que las nocivas dinámicas sociales de estos espacios en línea promueven la idea de que cualquiera que no esté de acuerdo contigo sobre un tema controvertido, aunque sea un leve desacuerdo, es incorregiblemente tonto, malvado o sospechoso. En una amplia y creciente gama de temas no existen los desacuerdos de buena fe.

La furia en línea dirigida a Pinker es el ejemplo perfecto. El video era engañoso. Si se ven los ocho minutos completos del pánel del cual lo extrajeron está claro que el punto de Pinker es que las creencias de la extrema derecha son falsas e ilógicas, pero que la izquierda necesita hacer un mejor trabajo a la hora de combatirlas.

El video comienza con Pinker diciendo que está de acuerdo con los otros panelistas (dos periodistas y un abogado) acerca de que “la corrección política ha dañado muchísimo a la sección de la población que podría ser… no quisiera decir ‘susceptible’, pero sí cuya afiliación podría estar disponible para quien la busque”.

Este problema se presenta cuando se trata de “las personas muy educadas y muy inteligentes que tienen tendencias de extrema derecha: conocedoras del internet y los medios que a menudo se radicalizan y ‘eligen la pastilla roja’, como dice el dicho, una referencia a la película The Matrix“.

Pinker continúa argumentando que cuando los miembros de ese grupo se encuentran por primera vez con ideas que desaprueban o que se callan en los círculos liberales —aseveraciones como que la mayoría de los atacantes con bombas son musulmanes o que los miembros de distintos grupos raciales cometen delitos a tasas más altas, por ejemplo— de inmediato “se infectan con un sentimiento de indignación causada porque estas verdades son indecibles” y así “no hay barrera que les impida tomar conclusiones bastante repulsivas”.

Esa es una situación desafortunada, argumenta Pinker, porque aunque alguien use esos hechos para apoyar opiniones intolerantes, no tendría por qué ser así pues “para cada uno de ellos, hay argumentos muy poderosos sobre por qué no fomentan el racismo, el sexismo y el anarcocapitalismo, etcétera”.

Después se dispone a explicar con cuidado esos argumentos contrarios: por ejemplo, aunque en este momento es cierto que, según la Oficina de Estadísticas de Justicia, la tasa de homicidios es más alta entre las personas de raza negra que para los blancos, eso en realidad no nos dice nada de ese grupo de gente puesto que, en distintos momentos de la historia, diferentes sectores de la población han tenido elevadas tasas de crímenes; en algún momento fueron los irlandoestadounidenses. Según la misma lógica, dice Pinker, “los grupos extremistas de derecha cometen la mayoría del terrorismo nacional” y no los musulmanes.

Cada vez es más difícil hablar de cualquier tema controvertido en internet sin que cada opinión sea convertida en una caricatura creada por los oportunistas que comercian con la indignación.

Sería imposible que una persona razonable vea el video de ocho minutos y piense que el punto de Pinker es alabar a la extrema derecha en vez de establecer un argumento psicológico sobre la corrección política, el reclutamiento de la extrema derecha y cómo combatir mejor las ideas fanáticas de ese movimiento.

Ahora bien, quizá no estás de acuerdo con ciertas partes de ese argumento —como en mi caso, pues creo que Pinker exagera la intensidad de la corrección política en los campus universitarios— pero es difícil entablar ese debate en primer lugar cuando una versión tan gravemente distorsionada de la opinión de Pinker se está esparciendo cual incendio forestal en internet.

Steven Pinker estará bien. Una exageración momentánea en Twitter no afectará su larga y exitosa carrera como intelectual en el ámbito público. Sin embargo, esto sucede cada vez más y, en muchos casos, le pasa a personas que no tienen ni el posicionamiento ni la reputación de Pinker.

Cada vez es más difícil hablar de cualquier tema controvertido en internet sin que cada opinión sea convertida en una caricatura creada por los oportunistas que comercian con la indignación de modo que todos, por temor a quedar atrapados en la escaramuza que está a punto de explotar, nos refugiamos en nuestras trincheras ideológicas donde podemos exaltar nuestra rectitud colectiva sanos y salvos.

En este caso sería algo como: “¡Steven Pinker dijo que la extrema derecha es buena! ¡Pero la extrema derecha es mala! ¡Debemos defender este principio!”.

Caer en eso nos está convirtiendo en personas más tontas.



Fuente: nytimes.com

jueves, 18 de enero de 2018

Seis técnicas de persuasión que usan los estafadores en internet y cómo identificarlas


La ingeniería social se basa en la interacción humana y les permite a los estafadores tenderles trampas a los internautas.


Puede que alguna vez hayas leído o escuchado la expresión "ingeniería social", pero ¿sabes lo que significa?

En ciencias políticas, el término se usa para hablar sobre las influencias y acciones que emplean ciertos gobiernos y clases de poder sobre la sociedad para intentar cambiarla.

Pero en seguridad informática, la expresión se refiere a las técnicas de manipulación psicológica que usan los ciberdelincuentes para tenderles trampas a los internautas.

La ingeniería social es el arte del engaño.

El objetivo puede ser diverso, desde obtener información hasta realizar fraudes o acceder de manera ilegítima a ciertos documentos.

Para lograrlo, los estafadores se valen de una serie de métodos y herramientas con las que buscan confundir al usuario.

Estas son algunas de ellas.

1. Principio de simpatía

A través de la observación de los movimientos que haces cuando navegas por la red o de la información que hay publicada sobre ti, los estafadores pueden recopilar muchos datos, desde tu dirección de correo electrónico hasta tu número de teléfono, el nombre de tu mascota o tu lugar de residencia.


Los hackers observan lo que publicas y después usan esa información a su favor.

Conseguir datos puede ser más sencillo de lo que muchos piensan. Compruébalo tú mismo. ¿Qué tanto puede saber un extraño sobre ti analizando tus redes sociales?

La manipulación viene después: los hackers usan esa información para hacerse pasar por una persona de tu confianza y tenderte trampas.

"El principio de simpatía, también traducido como de afición, gusto o atracción, nos señala algo que a primera vista puede parecer simple: estamos más predispuestos a dejarnos influir por personas que nos agradan, y menos por personas que nos producen rechazo.", explica el psicólogo y escritor estadounidense Robert Cialdini, quien escribió en 1984 Influence: The Psychology of Persuasion ("Influencia: la psicología de la persuasión") y definió los seis principios.

Lo mejor es que evites dar demasiados datos sobre ti a quien no conoces. Tendemos a confiar más en extraños cuando navegamos por internet. Recuerda que más vale prevenir que curar.

La observación también puede referirse a los documentos que tienes en el equipo. Por eso, cuanta menos información dejes a la vista en el escritorio, mejor.

UN CONSEJO: Si no quieres compartir demasiados datos sobre ti en internet, desactiva la geolocalización para que otros usuarios de internet no sepan dónde te encuentras. También es recomendable comprobar tu perfil público o visitar directorios de internet para saber qué información tienen sobre ti.

2. Principio de escasez

"Date prisa". "Es urgente". "Cambia ya tu contraseña". "¡Llama ya!".


Una de las trampas más habituales consiste en meterles presión a los internautas.

Meter presión a los usuarios para lograr sus objetivos es una de las técnicas más habituales de los ciberdelincuentes.

A través de esa presión buscan pasar inadvertidos, dándole menos oportunidad al usuario de que caiga en la trampa.

Muchas veces usan ese sentido de urgencia para enviar "ofertas que no te puedes perder" y todo tipo de "oportunidades" que, en realidad, no son tan "exclusivas" como aseguran en esos emails o mensajes de texto.

Y esa urgencia está muy relacionada con lo que en psicología se define como el "principio de escasez", el cual nos hace estar más dispuestos acercarnos a algo si notamos que es escaso o difícil de conseguir.

3. Principio de autoridad

La amenaza a menudo viene de la mano de la urgencia. Por ejemplo: "Es urgente. Si no cambias ahora mismo tu contraseña, perderás tu cuenta para siempre".

Y la amenaza viene de la mano de lo que se conoce como principio de autoridad.

Según explica Cialdini, "estamos más predispuestos a dejarnos influenciar cuando somos interpelados por una autoridad".


Los estafadores a menudo se hacen pasar por personas o entidades que transmitan autoridad. Por ejemplo, una entidad bancaria o el jefe de la víctima.

No se trata de coaccionar o ejercer poder, sino con "el aura de credibilidadque la autoridad supone".

"Tendemos a creer que quienes están en posiciones de liderazgo tienen más conocimiento, más experiencia, o más derecho a opinar", añade en su libro el especialista.

Para ello, a menudo los hackers intentan hacerse pasar por una entidad o persona de confianza de la víctima. A esta técnica se la conoce como phishing.

4. Principio de reciprocidad

A través de una serie de preguntas de índole personal, los estafadores desarrollan los perfiles de sus víctimas.

Gracias a ello, logran establecer vínculos para identificar los temas hacia los que pueden reaccionar de manera más favorable para ellos.


Intentan ganarse la confianza. Para ello, suelen crear perfiles falsos en redes sociales y plataformas web.

Muchas veces, usan perfiles falsos para lograr el engaño. Este tipo de conexiones también se usan para fraudes de "sextorsión".

A través de estas estrategias aplican lo que se conoce en psicología como "principio de reciprocidad", el cual establece que tendemos a tratar a los demás de la misma manera en que nos tratan a nosotros.

Por ejemplo, si recibimos un regalo o beneficio, sentiremos la necesidad de devolver el favor. La eficacia de este método psicológico es mayor si el regalo es percibido como algo personal.

Lo mismo ocurre si nos cuentan una confidencia o un secreto íntimo: es muy probable que queramos contar también algo nuestro.

UN CONSEJO: No establezcas diálogos con desconocidos sobre tu vida personal. ¿Por qué te hace tantas preguntas? ¿Para qué necesita saber toda esa información?

5. Principio de compromiso y coherencia

Al haber observado tus comportamientos previos y saber sobre ti, los hackers son capaces de captar la atención de sus víctimas.

Si, por ejemplo, quieren que la persona tome una decisión de manera impulsiva, será más fácil lograrlo siendo coherente con el perfil de esa persona, con los gustos que tiene, con cómo se define...

Además, ese principio establece que cuando una persona se compromete con algo, tiene más probabilidades de cumplir con su compromiso, incluso cuando su motivación original haya desaparecido.

Por eso, a veces, los estafadores se valen de formularios y preguntas clave que te obligan a comprometerte con algo específico.

6. Principio de aprobación social


Seguir al rebaño no tiene por qué ser lo más inteligente.

Este principio, al que también se denomina "consenso" o "seguir el rebaño", establece que tendemos a acomodarnos a lo que opina la mayoría de la gente.

Eso quiere decir que si mucha gente da algo por bueno, nosotros probablemente lo hagamos también (y viceversa).

Los estafadores intentan convencernos de que cierto antivirus (que en realidad es un programa malicioso que intentan vender en ventanas emergentes) es el que usa todo el mundo... y por eso lo "necesitamos" instalar nosotros también.

O que mucha gente participó en un sorteo y a mucha gente le tocó un precio: "¡Tú también puedes lograrlo!"

No te dejes engañar.



Fuente: BBC Mundo