miércoles, 19 de julio de 2017

Los medios buscan negociar en contra de Google y Facebook, que acusan de ser un duopolio digital
Por Jim Rutenberg 


El periodismo de calidad, el cual es caro de producir, se encuentra bajo una presión económica nunca antes vista. Credit Minh Uong/The New York Times


Google y Facebook siguen engullendo el mercado de la publicidad digital y acaparando los ingresos que antes financiaban el periodismo de calidad que ahora ambas empresas ofrecen gratis.

Los dos gigantes están obteniendo más control sobre la distribución digital, así que los diarios que en algún momento repartieron su periodismo con sus propios camiones tienen que depender cada vez más de estas grandes plataformas en línea para que sus artículos lleguen a la gente, mientras compiten por su atención con noticias falsas, sitios web que roban su contenido y videos de gatos.

Y a pesar de todos los intentos de Google y Facebook por apoyar al periodismo ayudando a las organizaciones noticiosas a captar nuevos flujos de ingresos —para sobrevivir en el nuevo mundo que ellos ayudaron a crear—, estos sitios quedan, al final del día, como la realeza de la corte, mientras que los proveedores de noticias de calidad son solo siervos suplicantes.

Es una alianza incómoda que irrita a las editoriales por las ganancias que reciben de Google y Facebook, las cuales dependen del libre flujo de información y noticias de calidad.

Por lo tanto, lo que solíamos llamar “la industria del periódico” —pero que ahora incluye medios con existencias sólidas en línea— se está uniendo con el objetivo de realizar una maniobra que, hasta el momento, sería la más importante que se haya realizado para cambiar la balanza del poder.

Esta semana, un grupo de organizaciones noticiosas comenzará un proceso para ganar el derecho de negociar de manera colectiva con las grandes plataformas en línea y para lograrlo pedirá al Congreso de Estados Unidos que otorgue una exención antimonopolio limitada.

Es una medida extrema con pocas probabilidades de éxito. Sin embargo, la industria considera que vale la pena, porque ve en Google y Facebook, a pesar de sus intenciones, una amenaza económica aún mayor que el presidente Trump con toda su retórica (hasta ahora).

Así lo mencionó David Chavern, director ejecutivo de News Media Alliance (Alianza de Medios Noticiosos), en un artículo de opinión que publicó en línea The Wall Street Journal la noche del domingo.

La Alianza, la principal asociación de la industria del periódico, lidera los esfuerzos a favor de las negociaciones de manera colectiva. No obstante, cuenta con la aprobación de todo el espectro de sus miembros, lo cual hermana a competidores del calibre de The New York Times, The Wall Street Journal y The Washington Post, al igual que a muchísimos periódicos regionales como The Star Tribune de Mineápolis, los cuales enfrentan las amenazas más serias.

En el mismo tono, News Corporation —empresa que dirige The Journal, The New York Post y Dow Jones— afirmó en un comunicado que apoyaba el esfuerzo para “llamar la atención del público y el congreso hacia el comportamiento anticompetitivo del duopolio digital, en especial porque afecta de forma negativa los negocios de las noticias y la información”.

Mark Thompson, director ejecutivo de The New York Times Company, me comentó que “la temperatura está aumentando en términos de preocupación, y en algunos casos de ira, por la que parece ser una relación muy asimétrica y desventajosa entre las casas editoriales y las gigantescas plataformas digitales”.

La concepción es que las casas editoriales necesitan la opción de operar como un grupo —y las ventajas que se derivarían de las acciones colectivas— si determinan que es la única forma de llegar a acuerdos significativos.

La maniobra tiene como objetivo algo más que solo luchar por el territorio digital. Se trata de preservar el periodismo de calidad —el cual es caro de producir y se encuentra bajo una presión económica nunca antes vista—, en un momento en el que los “reportajes” falsos y libres de costo sobre asuntos como “los millones de votos ilegales” pueden ganar prominencia suficiente para motivar las iniciativas federales. n

“Si se busca un modelo gratuito de noticias, obtendrás noticias”, me comentó Chavern la semana pasada. “Pero serán noticias basura. Titulares como ‘El papa apoya a Trump’” (ese artículo se compartió ampliamente en Facebook durante las elecciones; el papa Francisco no apoya a Trump).

El momento también parece ser ideal, si se consideran los rumores sobre la posible regulación de los gigantes de la tecnología en Estados Unidos, y las acciones más directas en su contra en el Reino Unido y en toda Europa, donde recientemente los reguladores le dieron a Google una enorme multa antimonopolio.

En el tumultuoso clima de las noticias, Google y Facebook no tienen la intención de que se les vea como agentes que buscan socavar el periodismo verdadero. Además, los ejecutivos de las dos empresas me comentaron que les interesaba tener contenido noticioso confiable y abundante.

“Estamos comprometidos a ayudar a que el periodismo de calidad prospere en Facebook”, afirmó Campbell Brown, directora de Alianzas Noticiosas de Facebook. “Estamos progresando en nuestro trabajo con las editoriales de noticias y tenemos más trabajo por hacer”.

Esta semana, los ejecutivos de Facebook se reunirán con las casas editoriales para presentar nuevas maneras con las cuales puedan vender suscripciones en el sitio web. Será la más reciente de muchas medidas que se han tomado en los últimos meses para mejorar la exposición de las noticias locales en el sitio y para que sea más fácil para los sitios de noticias gestionar su propia publicidad en el programa Artículos Instantáneos de Facebook.

Google ha realizado iniciativas similares por medio de su Laboratorio de Noticias. La empresa asegura que hizo cambios en su algoritmo para que las noticias de calidad tuvieran mayor prominencia en los resultados de las búsquedas. Y también está trabajando para que las redacciones puedan aprovechar las nuevas tecnologías para innovar y aumentar las ganancias en línea.

“Queremos ayudar a las casas editoriales a que tengan éxito en su paso hacia las plataformas digitales”, declaró Google en un comunicado, en el cual calificó al esfuerzo como “una prioridad”.

Las editoriales dicen que agradecen la manera en que Google y Facebook hacen llegar sus contenidos de noticias a muchos millones de usuarios a los cuales no podrían tener acceso por sí solos. Y reconocen los esfuerzos que están haciendo las plataformas para ayudar.

Sin embargo, como me comentó en una entrevista Mike Klingensmith, editor de The Star Tribune y presidente de News Media Alliance: “Hablan con nosotros, pero todavía no han demostrado mucho”.

Aun si llegara más ayuda, como se ha prometido, el desequilibrio económico deja a la industria a merced de la generosidad de las plataformas o de las necesidades inmediatas de las relaciones públicas: Facebook y Google están por obtener el 60 por ciento del mercado de la publicidad en línea, según eMarketer.

Klingensmith señaló que para los periódicos de tamaño medio, los cuales han sufrido en especial por el giro de la inversión en publicidad, “es imposible ir como una sola empresa y negociar o incluso obtener una cita con estas empresas”.

The New York Times está apoyando la maniobra para lograr el llamado “puerto seguro de la anticompetitividad”, en parte, “porque nos interesa todo el periodismo, así como The New York Times”, afirmó Thompson.

Thompson dijo que The New York Times consideraría unirse a la negociación colectiva si sus propias conversaciones no produjeran resultados satisfactorios, lo cual aún deben hacer, mencionó.

En la búsqueda del derecho a negociar juntos, los proveedores de noticias están intentando evitar el problema que tuvieron las casas editoriales de libros más importantes cuando trabajaron con Apple para desarrollar un libro en línea que compitiera con Amazon. Sin la autorización del gobierno, incumplieron las leyes antimonopólicas.

La Alianza reconoce que su propuesta requiere una legislación que les brinde autorización específica para negociar como grupo, la cual no se suele otorgar. Es una solicitud especialmente grande para un congreso que no ha dado grandes resultados legislativos y cuyo partido mayoritario, el republicano, no es exactamente amistoso con la prensa actualmente.

Por otro lado, el fundador y presidente ejecutivo de News Corporation es Rupert Murdoch, cuya influencia en el gobierno de Trump y con los republicanos en el congreso no tiene paralelo en el mundo de los medios de comunicación.

Los representantes de la prensa en los comités judiciales del senado y de la cámara —que encabezan el senador Chuck Grassley de Iowa y el diputado Bob Goodlatte de Virginia— dijeron que no podían comentar nada sin escuchar primero lo que la Alianza tenía que decir.

El asesor legal externo de la Alianza, Jonathan Kanter, afirmó que tenía esperanzas porque había un argumento que podía convencerlos: “El producto en cuestión es importante desde la perspectiva de la política pública. No estamos hablando simplemente de dispositivos, sino de noticias, las cuales son cruciales para una sociedad democrática”.

Sin importar el resultado, lo anterior es un punto de partida en el que todos deberían estar de acuerdo.



Fuente:  nytimes.com

martes, 18 de julio de 2017

La mirada alternativa de las radios comunitarias de Argentina
Por David Gonzalez


Credito: Anita Pouchard Serra/Hans Lucas

En esta época, la gente se comunica de manera instantánea mediante mensajes de texto o ve las transmisiones noticiosas más recientes en su computadora, pero algunas personas en Argentina han adoptado un medio de comunicación que no cuenta con tecnología de punta: la radio. Desde que ocurrió la crisis económica de principios de la década de 2000, decenas de estaciones de radio comunitarias han surgido en aldeas remotas y barrios sobrepoblados para ofrecer a los radioescuchas una fuente alternativa de noticias e información, en contraste con las radiodifusoras comerciales y tradicionales del país.

Durante los últimos años, Anita Pouchard Serra ha documentado a varios colectivos argentinos que ayudan a que los grupos comunitarios monten estaciones de radio de baja y mediana potencia. Los proyectos no solo ofrecen información, sino también una manera de unir a los residentes en torno a un proyecto común conforme aprenden a montar, dirigir y programar una estación.

Martín, uno de los fundadores de DTL!, durante una larga asamblea en la que se discutieron temas políticos y sociales, así como planes para nuevos proyectos de radios comunitarias. 2015. Credito: Anita Pouchard Serra/Hans Lucas

“Estas estaciones pueden tener un gran impacto en la vida cotidiana de las personas porque les dan la opción de elegir qué escuchar”, dijo Pouchard Serra, quien divide su tiempo entre Buenos Aires y París. “En zonas rurales donde no hay internet ni servicio de celular, ofrecen una manera de comunicarse entre aldeas y organizaciones para enterarse de lo que está pasando”.

Su serie fotográfica es resultado de su curiosidad sobre los efectos remanentes de la crisis de Argentina en los procesos políticos y sociales del país, por la cual comenzó a cubrir manifestaciones callejeras. Durante una de ellas, conoció a miembros del colectivo DTL!, uno de los grupos que ayudan a otras organizaciones a montar estaciones alternativas de radio. Después de visitar su taller, les propuso seguirlos en el proceso de montaje de un transmisor y un estudio.

“Son agentes invisibles en su lucha”, comentó. “Su trabajo estaba oculto, así que propuse ir con ellos para documentar el proceso”.

El colectivo proporciona el transmisor, la antena y otros equipos —que pueden costar cerca de 1300 dólares, una suma que ayudan a recaudar a través de sorteos, fiestas y otros métodos— y reclutan a la comunidad para poner la estación en marcha. En las ciudades, su señal podría limitarse a algunas cuadras, mientras que en el campo puede llegar a lugares que se ubiquen hasta a 40 kilómetros de distancia. 

Miembros de DTL! durante la construcción de una torre de radio, en 2014 Credito: Anita Pouchard Serra/Hans Lucas


La programación es variada dependiendo de las diferentes ubicaciones y estaciones, que operan en su mayor parte de manera ilegal. En las ciudades, dijo, la programación se enfocaba en temas de política, problemas sociales y cultura. En algunos casos, las organizaciones que patrocinaban la estación la usaban como medio para promover su trabajo en el contexto de las circunstancias políticas y económicas del país. En algunas localidades, los programas incluso se transmitían en lenguas indígenas.

Su impacto puede ser especialmente profundo en áreas remotas donde los funcionarios intentan controlar la información, dijo la fotógrafa. Durante un conflicto en torno a un proyecto minero en la región norte del país, el alcalde de un pueblo estuvo promoviendo de manera enérgica el controvertido plan a pesar de la oposición local a la destrucción del paisaje y su resultante contaminación. Pouchard Serra dijo que una estación de radio alternativa fue capaz de ofrecer programación en contra en la que se presentó el punto de vista de la oposición.

A lo largo de los años, las estaciones se han unido bajo una red central que les permite compartir programas. Otro grupo de cerca de diez estaciones se reúne semanalmente para establecer qué temas abordarán durante la semana.

Matías y Leonardo, de DTL!, durante una asamblea semanal en Buenos Aires en 2014 Credito Anita Pouchard Serra/Hans Lucas


Aunque el colectivo ayuda a instalar la estación, son grupos de lugareños los que la dirigen. Esto puede ser un desafío porque la gente se cansa o pierde el interés. Aun así están surgiendo más estaciones, dijo la fotógrafa.

“A veces lo que se transmite no es tan importante como el efecto que tiene en los residentes”, explicó Pouchard Serra. “La radio es un proyecto visible que une a la gente para participar como productores o técnicos. En esos barrios, la radio funciona como un centro donde la gente se reúne y se une. Se crean vínculos para generar solidaridad, donde la gente se conoce”. 



Fuente:  nytimes.com

jueves, 13 de julio de 2017

Falsas noticias y falsas banderas: un columnista denuncia el cinismo de la prensa occidental
Los gobiernos y los medios de comunicación occidentales, al parecer, tienen toda la libertad para diseminar noticias falsas sin repercusión alguna, comentó Gregory Clark, periodista y exdiplomático, al medio Japan Times.




Clark, nacido en 1936, contó que creció en un mundo donde no se podía creer en lo que decía "el otro lado", o sea, la Unión Soviética y las naciones aliadas a ella. Sin embargo, actualmente "parece que todo se ha convertido en lo opuesto".

"Cuando se trata de Siria, de Rusia, de los Balcanes o de cualquier otro punto conflictivo global, los gobiernos y los principales medios de comunicación occidentales parecen libres para decir lo que quieran, no importa cuán ficticio o falso sea. Cada vez más tenemos que confiar en el 'otro lado' para saber la verdad", destacó Clark.

© Foto: Pixabay
El autor del artículo recordó el supuesto uso de armas químicas en la ciudad siria de Jan Sheijun el 4 de abril del año corriente, utilizado por Estados Unidos para justificar el posterior ataque con 59 misiles Tomahawk contra la base siria de Shairat.

Clark destacó que el ataque sirvió para aumentar la popularidad del presidente estadounidense Donald Trump.

En la ocasión, el comentarista de CNN Fareed Zakaria, elogió el bombardeo y expresó que ahora podía ver a Trump como presidente de Estados Unidos, recordó Clark. 

© Sputnik/ NewsTeam
El exdiplomático mencionó, además, el artículo publicado por Die Welt, donde Seymour Hersh —renombrado periodista investigativo y ganador del premio Pulitzer— afirmó que nunca hubo ningún deliberado ataque de gas contra civiles en Siria y que esta información era conocida por los órganos militares estadounidenses antes de que el ataque con misiles fuera ordenado.

"Hersh es conocido por sus investigaciones exhaustivas y precisas (…) Sin embargo, los medios de comunicación estadounidenses y británicos rehusaron hacer cualquier mención a su informe [sobre los ataques en Siria], lo que le obligó a depender de un periódico alemán para publicar la historia", destacó Clark.

El periodista consideró que en el caso del ataque químico en Siria no es la primera vez que EEUU utiliza supuestas provocaciones para justificar sus actos de agresión.

"Estados Unidos empezó con la Operación Mangosta en Cuba en 1960, luego fingieron el incidente del golfo de Tonkín en la costa de Vietnam en 1964, acusaron Irak de poseer armas de destrucción masiva y ahora lo que vemos en Siria", subrayó Clark.

El autor del artículo afirmó que el país norteamericano también se encarga de llevar a cabo campañas para "demonizar supuestos enemigos, especialmente Rusia".

Cuando se trata de las presuntas agresiones por parte de Rusia en las áreas de habla rusa de Ucrania, Clark destacó que al leer el Acuerdo de Minsk de 2015 queda muy claro que "las continuas hostilidades son de responsabilidad exclusiva de Ucrania, que todavía rechaza las enmiendas constitucionales para dar la autonomía prometida a la región". Sin embargo, "los tendenciosos medios de comunicación" estadounidenses siguen hablando acerca de las supuestas "agresiones rusas".

"Igualmente alarmante es la forma en que esos tendenciosos medios de comunicación ahora acusan de tendenciosos a los medios extranjeros que buscan corregir estas falsedades y afirman que estos merecen ser suprimidos, en particular, el canal ruso RT".

Clark destacó que a veces es invitado a participar en los programas de RT y que el personal que trabaja en el canal está "bien preparado", y sus "comentarios son muy justos". Sin embargo, la cadena se ve demonizada por los medios de comunicación de EEUU, con base a muy pocas pruebas concretas.

El autor del artículo calificó los esfuerzos para demonizar al presidente de Rusia, Vladímir Putin, de "infantiles". Clark apuntó, de manera sarcástica, que al ritmo que van los medios occidentales, dentro de poco verán algo "siniestro" en el hecho de que los rusos se comuniquen entre sí en ruso y utilicen el "misterioso alfabeto cirílico". 



Fuente:  mundo.sputniknews.com

martes, 11 de julio de 2017

Mendoza: La Justicia ordenó que DirecTV incorpore señales locales 
Es a partir del pedido hecho por una ONG para que se respete el derecho que tienen los consumidores de acceder a la programación originada en Mendoza  




La Justicia Federal de Mendoza hizo lugar a una presentación hecha por la ONG Protectora (dedicada a la defensa de consumidor) para que la empresa de televisión satelital DirecTV incorpore en su grilla de canales a las señales mendocinas de aire. Se trató de una medida autosatisfactiva que buscaba defender el derecho que tienen los mendocinos abonados a este sistema de acceder a las pantallas de origen local.

El planteo de la ONG apuntaba a la democratización y a darle a los consumidores la posibilidad de acceder a la programación originada en estas señales (Canal 9 Televida, Canal 7, Señal U y Acequia).

La jueza federal Olga Pura Arrabal ordenó al Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) a que dicte las resoluciones necesarias para que DIRECTV incorpore los cuatro canales de aire de Mendoza a su grilla de programación.

Según el fallo con fecha del 6 de julio, el Enacom tiene un plazo máximo de cinco días hábiles para resolver la situación e intimar a DirecTV la puesta al aire de las programaciones mendocinas. De lo contrario, no se descarta una sanción que puede involucrar la suspensión de la licencia que la compañía tiene para operar en Argentina.


Fuente:  elsol.com.ar

domingo, 9 de julio de 2017

¿CNN en picada? "La gente apuesta por series viejas en lugar de noticias falsas"
La audiencia de la cadena estadounidense CNN se ve drásticamente reducida debido a que los estadounidenses ya están hartos de sus ataques mediáticos contra Rusia y el presidente Donald Trump, escribe el columnista Marco Maier para el medio austriaco Contra Magazin. 


© AP Photo/ David Goldman

El autor indica que ahora es muy probable que los antiguos espectadores de la CNN prefieran pasar su tiempo libre viendo series clásicas como Full House o Friends en lugar de los programas de máxima audiencia de los presentadores de la cadena.

"[…] La gente lleva mucho tiempo cansada de los mensajes falsos, las especulaciones confusas y las mentiras obvias. ¿Quién quiere ver noticias calificadas incluso por los propios productores como 'disparates'?", apunta Maier, citando como base la recién publicada clasificación recopilada por el portal Adweek

Como evidencia, el columnista agregó a su artículo el vídeo de productor de CNN, John Bonfield, grabado por una cámara oculta. En la grabación el protagonista admite que las noticias de la cadena sobre la supuesta injerencia de Rusia en las presidenciales de EEUU no tienen fundamento.

Asimismo, añade que la política antirrusa adoptada por CNN, además de la crítica hacia Trump, está dirigida al aumento del índice de audiencia.



Fuente: mundo.sputniknews.com

sábado, 1 de julio de 2017

Fin de una era: cerró el portal de noticias Terra
Fue pionero de noticias en Internet en Español. Deja de hacer los sitios de España, Argentina, Chile, Colombia, EE.UU, México y Perú.






El grupo español Telefónica ha decidido cerrar a partir de hoy los portales de contenidos de Terra y los servicios asociados de correo electrónico y chat en los países en los que opera (España, Argentina, Chile, Colombia, EE.UU., México y Perú), menos en Brasil, han confirmado hoy fuentes de la empresa.

La compañía, que ha tomado esta decisión por motivos económicos, concentrará su actividad en los productos y servicios digitales móviles que presta a través de una red de más de cincuenta operadoras.

La medida, que afecta a España, Argentina, Chile, Colombia, Estados Unidos, México y Perú, forma parte del proceso de transformación del grupo y se ha comunicado con antelación a los usuarios.

En Brasil, donde Terra funciona especialmente bien, la situación no cambiará.

Telefónica ha tomado esta decisión porque considera que Terra es un negocio rentable y sostenible.

Los productos y servicios digitales que Terra ofrece en los países afectados -entre ellos Gol Movistar, Soy Luna Sticker Game o Berlitz- se seguirán distribuyendo de la forma habitual a través de la red de operadoras.

La operación de estos servicios continuará siendo responsabilidad de Terra bajo el paraguas del negocio local de Telefónica en esos países.  



Fuente:  Los Andes