miércoles, 28 de agosto de 2019

¿Es posible detectar fake news por medio de la tecnología?
Por Pablo Rodríguez Romeo





En una época marcada por el exceso de información, las noticias falsas o fake news se han vuelto un verdadero problema. Esto se ha potenciado más aún por el "boom" de las redes sociales, que se han convertido en canales directos para la proliferación de artículos sin verificar o totalmente inventados.

En un mundo signado por la tecnología, que parece llegar para facilitarle la vida a las personas, nos encontramos con la disyuntiva de hallar la solución a este fenómeno sin precedentes, que ha sido potenciado por su uso, y el de los medios sociales.

Pero, hoy nos encontramos con que las redes sociales están intentando frenar de a poco la gran cantidad de noticias falsas que circulan, utilizando la astucia humana y los algoritmos. Entonces, surge la pregunta: ¿cuánto de todo esto es factible? ¿Es posible automatizar la identificación de fake news a partir del uso de la tecnología?

Hemos leído noticias que anuncian, por ejemplo, que Facebook está buscando detectar noticias falsas a partir de algoritmos de inteligencia artificial. Si bien se plantea el inconveniente del volumen de los datos a analizar y la velocidad con que se realiza la operación.

También, nos hemos encontrado con opciones que utilizan una combinación de la colaboración colectiva con la tecnología blockchain; siendo en definitiva una alternativa que recae en personas que realizan el proceso de verificación de la información a partir de la utilización de algoritmos.

Por todo esto, podemos pensar que aún no estamos ante herramientas 100% tecnológicas que prescindan del hombre (y en este caso de millones) para llevar a cabo la tarea.

Como hemos visto, se puede automatizar la identificación de la información, pero siempre va a terminar en un procedimiento manual, llevado a cabo por personas. De esta manera, por medio de la utilización de patrones se hacen consultas con las cuales se podría filtrar la información, pero no individualizar una fake news inequívocamente, solo se puede llegar a un conjunto. Es decir, no es posible automatizar el proceso ya que sí o sí debe pasar por un procedimiento de selección manual y de revisión humana del contenido. El proceso siempre terminará en la persona a la que le llega esa información; y su responsabilidad de creerla (o no), de verificarla (o no), y de compartirla (o no).

De esta manera, se pone en el centro de la escena a todos y cada uno de nosotros, como ciudadanos responsables de lo que vemos y leemos. La supervisión del hombre es necesaria y obligatoria, ya que hasta el momento ningún procedimiento automatizado ha demostrado ser 100% efectivo para detectar noticias falsas.

El factor humano sigue siendo fundamental. Por eso, es necesario enfatizar en la educación para convertirnos en ciudadanos cada vez más críticos (de lo que recibimos y leemos). En los tiempos que corren, poder tener una lectura crítica de lo que nos llega es nuestra responsabilidad.

Para esto, es imprescindible tomarnos un tiempo para leer lo que nos llega, verificar la información (para esto, los buscadores de internet suelen ser una buena herramienta), chequear las fuentes (dónde se originó la información). Y, sobre todo, para quienes utilizan esa información de manera profesional, es fundamental corroborar las fuentes, los datos y buscar segundas opiniones.

(*) Perito informático forense. Especialista en seguridad. Socio del Estudio CySI de Informática Forense.



martes, 27 de agosto de 2019

Ante el público convencido y desinformado, más datos no sirven de casi nada
Por Aaron E. Carroll


Hawái ha sido un campo de batalla en cuanto a los intentos por prohibir o restringir la producción de organismos genéticamente modificados. Credito: Jim Wilson/The New York Times


En un artículo publicado a principios de este año en Nature Human Behavior, algunos científicos pidieron a quinientos estadounidenses su opinión acerca de los alimentos que contenían organismos genéticamente modificados, OGM.

La gran mayoría, más del 90 por ciento, se opuso a su consumo. Esta convicción difiere con el consenso de los científicos. Casi el 90 por ciento de ellos cree que los OGM son seguros… y que pueden ser muy benéficos.

El segundo descubrimiento del estudio fue más revelador. Aquellos que se opusieron con más empeño a los alimentos genéticamente modificados creían saber mucho más que otros acerca de este tema y, aun así, obtuvieron las peores notas en pruebas reales de conocimiento científico.

En otras palabras, aquellos con un menor entendimiento de la ciencia, tuvieron las opiniones más opuestas a esta, pero pensaban que sabían más al respecto. Para evitar que alguien piense que se trata de un fenómeno que solo sucede en Estados Unidos, el estudio también se realizó en Francia y Alemania, con resultados similares.

Si no te gusta este ejemplo (es muy poco probable que lo afirmado aquí cambie la opinión de las personas y quizá pueda enfurecer a algunos lectores), está bien porque no es el único que existe.

Un pequeño porcentaje del público en general cree que las vacunas son verdaderamente peligrosas. Quienes están convencidos de ello (lo cual es erróneo) también creen saber más que los expertos acerca de este tema.

Muchos estadounidenses toman suplementos vitamínicos, pero las razones por las que lo hacen son variadas y no están relacionadas con ninguna evidencia sólida. La mayoría de ellos afirmaron que no les afectan las declaraciones de los expertos que contradicen las afirmaciones de los fabricantes. Solo una cuarta parte aseguró que dejaría de tomar suplementos si los expertos dijeran que no son efectivos. Seguro piensan que saben más.

Parte de esta tendencia cognitiva está relacionada con el efecto Dunning-Kruger, nombrado así en honor a dos psicólogos que escribieron un ensayo seminal en 1999 titulado Unskilled and Unaware of It (Incompetentes e inconscientes de ello).

David Dunning y Justin Kruger hablaron de las muchas razones por las que las personas más incompetentes (un término empleado por ellos) parecen creer que saben mucho más de lo que saben en realidad. Escribieron que la falta de conocimiento hace que a algunas personas les falte la información contextual necesaria para reconocer errores y su “incompetencia los priva de la capacidad de darse cuenta de ello”.

Esto ayuda a explicar en parte por qué los esfuerzos para educar al público fracasan con frecuencia. En 2003, investigadores analizaron la forma en la que las estrategias de comunicación acerca de los OGM terminaban por ser contraproducentes, cuando su intención era ayudar al público a darse cuenta de que sus convicciones no correspondían con las de los expertos. Al final, todos los esfuerzos hicieron que fuera menos probable que los consumidores eligieran alimentos OGM.

Brendan Nyhan, un profesor de Dartmouth y colaborador de The Upshot, ha sido coautor en una gran cantidad de ensayos con descubrimientos similares. En un estudio de 2013 publicado en Medical Care, ayudó a demostrar que intentar ofrecer información correctiva a los votantes acerca de lo que se conoció como “comités de la muerte” terminó por aumentar la creencia existente entre los simpatizantes de Sarah Palin que sabían de política.

En un estudio de 2014 publicado en Pediatrics, Nyhan ayudó a demostrar que una variedad de intervenciones, cuyo objetivo era convencer a los padres de que las vacunas no provocaban autismo, derivó en que aún menos padres preocupados quisieran vacunar a sus hijos. Un estudio de 2015, publicado en Vaccine, demostró que proporcionar información correctiva acerca de la vacuna contra la influenza hizo que los pacientes más preocupados por los efectos secundarios mostraran menos probabilidades de aplicarse la vacuna.

Una gran parte de la comunicación científica sigue dependiendo del “modelo de déficit de conocimiento”, la idea de que la falta de sustento para formular buenas políticas, y crear ciencia confiable, solamente refleja una falta de información científica.

No obstante, los expertos han estado proporcionando información acerca de cosas como el uso excesivo de servicios médicos de bajo costo durante años, con pocos resultados. Un estudio reciente analizó la forma en la que se comportaban los médicos cuando también eran pacientes. Presentaron las mismas probabilidades que el público en general de recurrir a la atención médica de bajo costo y de no ser constantes con sus tratamientos médicos para enfermedades crónicas.

En 2016, algunos investigadores argumentaron en un ensayo que quienes pertenecían al ámbito científico tenían que darse cuenta de que quizá el público no procesaba la información igual que ellos. Aseguraron que los científicos deben tener una capacitación formal en habilidades comunicativas y también deben darse cuenta de que el modelo de déficit de conocimiento genera políticas sencillas, pero no necesariamente produce buenos resultados.

Parece importante involucrar más a la sociedad y ganarse su confianza por medio de una interacción continua y más personal, usando muchas plataformas y tecnologías distintas. Que el conocimiento vaya cayendo desde lo alto (el método de muchos científicos) no funciona.

Cuando algunas áreas de la ciencia son polémicas, queda claro que “los datos” no son suficientes. Bombardear a las personas con más información acerca de estudios no es de utilidad. Podría ser mucho más importante observar cómo se propaga y se debate la información que aparece en ellos.



Fuente:  nytimes.com

lunes, 19 de agosto de 2019

Deepfake: los secretos detrás de los virales que atemorizan al mundo
Los videos producidos con inteligencia artificial se transformaron en el fetiche de la desinformación en las redes.
Por Nicolás Nicolli 


Conversión en vivo. En un video se ve al actor Bill Harder convertirse sutilmente en Tom Cruise y Seth Rogen. 


Para algunos es un acertado pronóstico sobre el inminente futuro. Para otros, una realidad que nos negamos a reconocer y cambiar. La miniserie “Years and Years” (disponible en HBO Go) volvió a estar en boca de los mortales por los deepfakes, videos producidos mediante inteligencia artificial para crear situaciones de apariencia realista que nunca sucedieron. Los políticos, por supuesto, alarmados ante una eventual ola de desinformación.

Esta semana se viralizó un video de 2008 en el que se ve al actor Bill Hader (“Barry”) contándole una divertida anécdota a David Letterman. Mientras imita las voces de Tom Cruise y Seth Rogen, su rostro muta al de los actores, con una precisión que genera igual dosis de risas y miedo. El material, publicado en YouTube por el usuario “Ctrl Shift Face”, se suma a otros similares como el del enroque entre Brad Pitt y Edward Norton por sus roles en “El club de la pelea” y escenas de la serie “The Office”. 

Lo que parecen ser anécdotas para generar memes en las redes sociales, mantienen en vilo a las autoridades, debido a la concreta posibilidad de desatar un nuevo tipo de desinformación con consecuencias devastadoras.

Justamente, en el episodio 4 de “Years and Years”, un video muestra a un dirigente del Partido Conservador afirmando que impulsa la ejecución de los inmigrantes. Su peor pesadilla. Al menos, en público. Claro que Vivienne Rook, candidata de la extrema derecha interpretada por Emma Thompson, aprovecha la ocasión para despacharse con un epítome perfecto: “Todos pueden ver que los videos no son reales. Pero de todos modos, realmente dijeron esas cosas, ¿cierto?”.

Varias estrellas del mundo del entretenimiento cayeron en los deepfakes, pero no en el sentido de rejuvenecimiento como Robert Downey Jr. en “Capitán América: Civil War” o la resurrección digital de Peter Cushing en “Rogue One: una historia de Star Wars”. Falsos videos eróticos de Emma Watson y Scarlett Johansson circularon por Pornhub, pero el portal nunca tomó medidas.

Además, en abril, el ex presidente estadounidense Barack Obama fue “víctima” de un deepfake, ya que se lo veía insultando a su sucesor Donald Trump. En realidad, se trataba de un experimento del director Jordan Peele (“Get Out”) y de BuzzFeed para alertar sobre lo sencillo que resulta manipular la realidad con un simple editor de video.

Desde Facebook, Mark Zuckerberg pidió abordar los deepfakes como una forma distinta de desinformación, aunque prefirió mantenerse al margen de la intervención: dijo que a la red social no le corresponde decidir qué es verdad o no y que es una tarea externa de verificadores de datos.

Mientras tanto, legisladores de EEUU advirtieron que los videos alterados por el uso de programas de inteligencia artificial constituyen una amenaza para la seguridad nacional y las elecciones de 2020. 

El demócrata Adam Schiff aseveró que los deepfakes fomentan el caos, la división y la crisis, además de “trastornar campañas”. Pero en la trinchera republicana optaron por el lugar de víctimas. “Los filtros vigentes tienen una tendencia de izquierda. La mayoría de las veces las prohibiciones recaen sobre los conservadores”, deslizó el dirigente Devin Nunes.

Por estos lares se dio un caso similar el mes pasado, aunque técnicamente no se lo puede calificar como deepfake. Usuarios manipularon un video que tuvo como protagonista a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich: lo ralentizaron para generar un estado de ebriedad, que tuvo fuerte eco en los canales informativos y obligó a una desmentida oficial.

Más allá de cierta astucia para detectarlos, hay un pequeño error que puede ayudar a determinar si lo que tenemos en nuestras pantallas es un deepfake: las caras manipuladas parpadean muchísimo menos, ya que la mayoría de las fotografías que se utilizan tienen a personas con los ojos abiertos y no cerrados.

La media de parpadear para los humanos es 17 parpadeos por minuto, se incrementa a 26 parpadeos por minuto cuando alguien está hablando y se reduce a 4,5 parpadeos por minuto cuando alguien está leyendo. Si en un video la persona no parpadea (o lo hace de manera extraña), es posible que se trate de un deepfake. Sí, es necesario chequear fotograma por fotograma. 

No obstante, es más fácil creer que aquel político que no nos agrada está diciendo frases que nutran los estereotipos que tenemos de él. 

No importa cuánto proclamen su inocencia los protagonistas de los videos, el daño ya está hecho. Las palabras entraron en la conciencia pública y su verdad es irrelevante.



Fuente:  losandes.com.ar

viernes, 9 de agosto de 2019

Mensajes insólitos e incoherentes a favor de Macri: Troll center fuera de control




Un error en la campaña oficialista en las redes sociales dejó en evidencia el funcionamiento de un "troll center" para intervenir en las discusiones públicas a favor de Mauricio Macri.

Cuentas de usuarios falsos -trolls y bots- comenzaron a tuitear frases totalmente incoherentes y en diferentes idiomas, pero siempre utilizando el hashtag #YoVotoMM, por Mauricio Macri. Por ejemplo: “Siéntase libre de Mauricio, no se relaje! Te elijo! ¡Mayor caricia proveniente de Hurlingham! #YoVotoMM”.




Algunos tuits decían: “Satisfy Mauritius, do not chill out! I elect you! #YoVotoMM”.

“S'il vous plaît Maurice, ne vous détendez pas! Je te vote! Gros câlin de Hurlingham! #YoVotoMM”. 




De cara a las elecciones primarias del domingo, el objetivo original parecía ser instalar como tendencia el apoyo a la reelección del Presidente. Sin embargo, los insólitos mensajes que se dispararon generaron el efecto contrario.

Al entrar a los perfiles falsos que tuitearon esas incoherencias, se puede observar que la mayoría tienen cero o muy pocos seguidores, y que lo único que publican es el hashtag a favor del Gobierno. Casi todos los usuarios fueron creados en 2019, es decir, son las cuentas más baratas que se pueden adquirir en el mercado de las redes.






Fuente:  pagina12.com.ar

martes, 6 de agosto de 2019

¿Qué pasa con el periodismo en América Latina?


CC0 / Pexels

Los periodistas de América Latina aún son frecuentes víctimas de asesinatos, amenazas, persecusiones y precarización laboral, según indicaron a Sputnik varios reporteros consultados.

El reportero gráfico Andréi Stenin fue asesinado el 6 de agosto de 2014, cuando el vehículo en el que viajaba fue ametrallado e incendiado cerca de la ciudad de Donestk, adonde había viajado para cubrir el conflicto en Ucrania. Su desaparición y muerte despertó reacciones de periodistas y organizaciones de todo el mundo.

A cinco años del crimen, Sputnik lo recuerda repasando cuáles son las principales amenazas que todavía sufren los periodistas, esta vez en América Latina.

México: asesinatos de periodistas e impunidad

En México fueron asesinados tres periodistas entre el 30 de julio y el 4 de agosto. En lo que va del 2019, ya son 10 los periodistas que fueron ultimados en el marco de su trabajo periodístico.

"Evidentemente estamos frente a un agravamiento de los casos, en tanto se producen en los escasos ocho meses del Gobierno de (Andrés Manuel) López Obrador", dijo a Sputnik Roberto Rock, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de laSociedad Interamericana de Periodismo (SIP).

Según Rock, existe "un clima de impunidad general en el sistema de Justicia en el país" que afecta particularmente los casos de agresiones a periodistas. En ese sentido, advirtió que los trabajadores de la prensa "no son víctimas accidentales de la violencia en el país, sino destinatarios específicos, ubicados por el crimen organizado".

La incapacidad de la Justicia, apuntó, queda demostrada en la falta de eficacia de los sistemas de justicia federal y estatal para llevar a tribunales a los responsables de los crímenes. También mencionó la "falta de compromiso" de los propios medios de comunicación para reclamar el esclarecimiento de los crímenes contra sus propios periodistas.

Rock saludó la iniciativa del Gobierno mexicano para que todos los estados mexicanos deban contar con un "mecanismo de protección a periodistas y defensores de Derechos Humanos", algo que actualmente no existe en todo el territorio. "Va a ejercer mayor presión sobre la autoridad local, que en este momento voltea hacia otro lado bajo la presunción de que debe ser resuelto por el sistema federal", auguró.

En el mismo sentido, consideró que la medida puede "esclarecer mejor los ámbitos de responsabilidad, porque aun cuando existe una fiscalía para casos de atentados contra la libertad de expresión, el marco jurídico no está perfeccionado".

Para Rock, el resultado de la situación es una "doble tragedia": "La primera son los ataques en sí mismos, los asesinatos, las amenazas, el acoso cibernético, y la segunda es que cada vez regiones más amplias de los medios se autocensuran y deciden dejar de cubrir ciertos asuntos que supongan investigación a fondo de alguna anomalía en la tarea pública ligada con el crimen organizado".

Perú: autocensura y "querellas" contra periodistas

En diálogo con Sputnik, la periodista peruana Adriana León, del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) de Lima, Perú, coincidió en que la "impunidad" es uno de los mayores problemas detrás de los crímenes contra periodistas.

"El único caso que no quedó impune fue el de (José Luis) Cabezas, en Argentina", recordó, en referencia al fotógrafo de la revista argentina Noticias asesinado en 1998 luego de fotografiar al empresario Alfredo Yabrán, investigado por causas de corrupción.

Según la integrante de IPYS, que realiza un seguimiento de los casos de asesinatos en América Latina, "todos los demás casos han quedado en la impunidad; no hay un autor intelectual de la muerte de un periodista que esté preso o haya sido juzgado".

Al igual que Rock, León apuntó sobre el efecto que tienen los crímenes en la "autocensura" de los medios, algo que "acaba siendo muy dañina porque la gente termina no enterándose de lo que se tiene que enterar".

El caso peruano se caracteriza por otra forma de acallar a los periodistas: los juicios. La activista señaló que en el país suramericano "querellarperiodistas por 'delitos de prensa' es la herramienta perfecta para silenciarlos" cuando investigan casos de corrupción pública.

En ese sentido, enfatizó que "el principal depredador de la prensa siguen siendo los gobiernos y sus funcionarios públicos, reticentes al escrutinio de la gestión pública". Estos poderes suelen terminar "uniéndose" a otros como el crimen organizado en contra de la labor periodística, consignó.

Brasil: Greenwald "visibilizó" las agresiones contra periodistas brasileños

En Brasil, el presidente Jair Bolsonaro dio recientemente una clara muestra del fenómeno señalado por León, cuando amenazó directamente al periodista Glenn Greenwald, responsable del medio digital The Intercept, con expulsarlo del país o enviarlo a prisión luego de que su medio revelara la operación del ministro de Justicia Sergio Moro y el fiscal Deltan Dallagnol para enviar a prisión al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

María José Braga, presidenta de la Federación de Sindicatos de Periodistas de Brasil, comentó a Sputnik que "el caso Greenwald dio visibilidad a los ataques que vienen ocurriendo permanentemente contra periodistas brasileños".

Braga reconoció que Greenwald es una excepción porque no hay otros periodistas que hayan recibido "amenazas directas del Gobierno brasileño”. Sin embargo, advirtió que "sí hay muchos casos de periodistas que están siendo amenazados por seguidores de Bolsonaro en las redes sociales".

A pesar de esa situación, consideró que el caso del director de The Intercept resultó en algo positivo porque logró unir a los trabajadores de la prensa y otros sectores de la sociedad en defensa de la libertad de expresión.

Por otra parte, Braga señaló los problemas económicos que afectan actualmente a los medios de comunicación alternativos y pequeños de Brasil, algo que deja únicamente la visión de los grandes medios de comunicación "hegemónicos".

Argentina: periodistas en la calle y operaciones de la prensa "ultraoficialista"

En Argentina, la situación del periodismo es de "emergencia", alertó Tomás Eliaschev, secretario de Derechos Humanos del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), en conversación con Sputnik.

"Hemos contabilizado que desde que asumió Mauricio Macri (en diciembre de 2015) hay al menos 4.500 puestos de trabajo que se perdieron", contó el dirigente, mencionando que, incluso entre los que mantuvieron sus puestos, se produjo una "precarización y pauperización" de sus condiciones.

El dirigente sindical enfatizó que el empeoramiento de las condiciones laborales de los periodistas "afecta la libertad de expresión" y "hace que el periodismo esté en riesgo", especialmente cuando se combina con "una enorme concentración de grupos hegemónicos y oligopólicos".

A los despidos de periodistas se suman, apuntó Eliaschev, un "uso direccionado" de la publicidad oficial "para beneficiar a medios oficialistas y discriminar a los medios independientes, que plantean voces críticas". Al mismo tiempo, los periodistas denuncian la intención del macrismo por desarticular a medios públicos como la agencia Télam, Canal 7 y Radio Nacional.

Si bien Argentina no registró muertes de periodistas en los últimos años, el integrante de Sipreba manifestó la preocupación por 58 fotógrafos, camarógrafos y reporteros argentinos "que han sido heridos con balas de goma cubriendo movilizaciones" y otros 20 periodistas detenidos durante protestas.

"Habiendo vivido la dictadura tenemos que ser cuidadosos a la hora de hablar de censura y falta de libertades, pero sí podemos alertar sobre una situación muy preocupante en la que se silencian voces", añadió.

Los periodistas de Sipreba también miran con preocupación la presunta relación entre los servicios de inteligencia de Argentina y algunos medios de comunicación y periodistas "ultraoficialistas", según dan cuenta investigaciones sobre la utilización de espacios periodísticos para difundir acusaciones contra opositores al Gobierno de Macri.

Uruguay: hostigamientos y dificultades para acceder a información pública

En Uruguay, en tanto, la pérdida de puestos de trabajo también está poniendo "en crisis" al periodismo, según contó a Sputnik Fabián Cardozo, presidente de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU).

Según el dirigente, la crisis económica se siente más en los diarios y semanarios, lo que ha "resentido el trabajo periodístico" en el país suramericano, precarizando las condiciones laborales de los periodistas, que para las ediciones digitales deben servir como reporteros y fotógrafos al mismo tiempo.

Al igual que colegas de otros países, los periodistas uruguayos deben enfrentar cada vez más "hostigamientos" a través de redes sociales. Cardozo señaló el caso de una periodista uruguaya que recientemente recibió amenazas por parte de una organización debido a su descontento con un artículo que había publicado.

También en Uruguay, el sindicato de la prensa siguió de cerca la investigación sobre un ataque con arma de fuego sufrido por la periodista de una revista, luego de haber consignado en un artículo el maltrato recibido en una dependencia policial.

Además, los periodistas uruguayos suelen encontrar rígidas barreras cuando intentan tener acceso a documentaciones del Estado, a pesar de que existe una ley que obliga a las reparticiones públicas a responder las solicitudes de información de cualquier ciudadano.